Se sorprendieron un poco cuando llegamos con nuestras maletas. Parecía la primera vez que ofrecían este servicio, y era evidente que no tenían un espacio de almacenamiento especial, lo que nos inquietó un poco por la seguridad del servicio.

Dejar y recoger a los niños fue muy fácil. Pero no me gustó que fuera un lugar para personas sin hogar; incluso vi a una mujer que creo que estaba bajo los efectos de las drogas... Me alegro de haber estado con mi esposo; si hubiera estado sola, habría pasado mucho miedo.