¡¡¡¡¡ME ENCANTÓ!!!!! Llevé a mi juventud al Museo Americano de Historia Natural y llevaba una enorme hielera con sus almuerzos y bebidas. El museo no permite comida y sería horrible llevarla consigo. Me sentí muy feliz y aliviado de dejarlo para poder disfrutar nuestro viaje juntos. Me dio mucha tranquilidad saber que recuperé mi bolso en las mismas condiciones en que lo traje. Al principio estaba un poco preocupado porque era la primera vez que dejaba algo con un extraño. Pero me alegro de haber probado este servicio. No puedo esperar a volver a utilizar este servicio cuando esté en la ciudad. Incluso se lo conté a mi amiga, así que ella también está muy emocionada de probarlo.
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